Día 7 - El Jesús de la Liberación
Hoy siento nuevecito el corazón, lo siento macanudo,
igual que la semilla'e marañón cuando ya está de punto.
Ahora que regrese a mi lugar repleto de alegría
voy a limpiar mi huerta con más devoción.
Canto de Despedida - Misa Campesina Nicaragüense - Carlos Mejía Godoy
¿Recordás la primera vez que experimentaste el amor de Dios? ¿Qué tal su paz y serenidad? Estoy segura que fue memorable y de alguna forma, siempre recordarás ese momento de una forma especial. Pero y ahora, ¿qué tan seguido experimentás su Gracia en tu vida cotidiana?
La verdad es que la primera vez que se escucha y entiende la sencillez de la obra redentora de Jesús, es imposible no sentir el amor de Dios. Ese Dios que me acepta tal cual soy, con mis virtudes y mis errores. Ese Dios que conoce mi historia, mi familia, mis dificultades pero también mi futuro. Como vimos hace unos días Dios me ama por el simple hecho de Ser, pero también sabemos que a medida que vamos escuchando opiniones o teologías que nos dan más cargas y reglas que liberación, ese Dios se vuelve un juez. Y como no podemos dar más de lo que recibimos, nosotrxs mismxs nos volvemos jueces y verdugos para todo aquel que no encaja con nuestra noción de Cristiandad y nuestra caja de moralidad. Y ahí es cuando las personas no religiosas se forman esa imagen de los cristianos hipócritas, criticones y duros. Para muchos y muchas, la iglesia es un espacio hostil y no un lugar seguro donde pueden ser amados incondicionalmente. La Iglesia está priorizando las conversiones y no la relaciones (Martin, J). Y así como hemos visto en esta semana, tampoco esta era la forma de actuar de Jesús. A Jesús no lo seguían sólo por lo que hacía, sino también por lo que era, la gente se maravillaba con él. Los primeros seguidores de Jesús y los primeros miembros de la iglesia primitiva, eran reconocidos por su forma de actuar no por su mensaje... Y después todo cambió. Hacemos cruzadas y eventos para compartir el Evangelio, pero en nuestro día a día no experimentamos ni reflejamos la libertad en Cristo.
¿Alguna vez algún ateo o atea te ha dicho que te respeta y admira? ¿Alguna vez alguien de otra religión ha alabado tu forma de vivir tu espiritualidad y tu relación con lo Divino? Porque si sólo recibís comentarios positivos de otros cristianos, algo está pasando. Nos han hecho creer que entre más lejos estemos del “mundo”, mejor. Muchas veces creemos que sólo unos cuantos merecen nuestra compañía y amor; y probablemente sea porque nosotros mismos no experimentamos el amor de Dios continuamente. Pero esto no es lo que Dios tiene en mente para nuestra relación con lo Divino.
Cristo nos ha liberado para que disfrutemos de libertad. Manténganse, pues, firmes y no permitan que los conviertan de nuevo en esclavos. Gálatas 5:1 (BLPH)
Alabar y adorar a Dios no sólo es cantar los domingos; podemos adorar a Dios en cada cosa que hacemos, sólo basta estar consciente por qué hacemos las cosas y reconocer que con cada una de nuestras acciones es una oportunidad de reflejar el amor de Dios. Una oportunidad de que otros y otras experimenten el amor de Dios, y sobre todo, la libertad que trae. Esto es el Evangelio, no un folleto ni una invitación a la iglesia. Es simplemente sentir nuevecito el corazón y mostrarlo a los demás.
¿Cómo vivís tu espiritualidad en tu vida diaria? ¿Hoy cómo podrías compartir el Evangelio sin hablar?
Ser Divino, gracias por tu Gracia, tu Amor y tu Libertad. Hoy vengo ante vos con un corazón agradecido por todo lo que Sos y todo lo que Soy. Hoy quiero reflejar en mi andar, lo que has hecho y lo que sos a todo a quien que lo necesite.