Día 5 - El Jesús de la Liberación
Gloria al que sigue la luz del Evangelio,
al que denuncia sin miedo la injusticia,
gloria al que sufre la cárcel y el destierro
y da su vida combatiendo al opresor.
Gloria - Misa Campesina Nicaragüense - Carlos Mejía Godoy
Comencé este devocional hablando sobre el híper-énfasis que se le da a la muerte y sacrificio de Jesús; que por más importante que sea para nuestra fe, no puede dejarse en segundo plano la enseñanza de su vida y ministerio. Jesús nos enseñó e hizo muchísimo más en la Tierra que sólo morir, ¿no? Hemos visto cómo Jesús valoraba las relaciones y siempre tenía tiempo para ellas, cómo escuchaba a los que nadie quería escuchar (mucho menos ver y conocer). Era sensible a las necesidades de las personas que lo seguían y compartía la mesa con las personas más criticadas de la época. De hecho, muy pocas veces se lee a un Jesús que habla de su inminente muerte, Marcos y Lucas relatan la única vez que lo hizo; Pedro no estaba muy contento con la sinceridad de Jesús, ¿pero era tan sorprendente que lo mataran?
Jesús desde el comienzo de su ministerio en Galilea conoció de primera mano el rechazo, «ningún profeta es acepto en su propia tierra». Los poderosos del sistema religioso de la época se sentían amenazados por sus enseñanzas y carisma. Jesús contradecía muchas interpretaciones tradicionales de la ley, respondía a los que lo criticaban y casi siempre, estos no tenían forma de contradecirlo y el sentimiento de temor, humillación y envidia crecía cada vez más. Además de esto, Jesús tenía posturas políticas bastante controversiales. Por lo cual, debo decir, que es impresionante cómo hoy en día hay personas que piensan que Jesús era apolítico. Sí, Jesús no quería ser parte de alguna facción política de la época y nunca se refirió a ninguna política pública más allá al tema de los impuestos al César, pero una cosa es La Política y otra cosa Lo Político. Actualmente el concepto que más viene a nuestra mente cuando hablamos de política, es el ámbito de la política: este espacio reservado sólo para un grupo profesionalizado y representante (o debería representar) de las necesidades de un grupo para poder decidir en lo común (lo público). Pero lo político nos compete a todxs, porque todxs pertenecemos a los distintos espacios que forman nuestras sociedades; y justamente lo político es visibilizar las demandas identitarias de distintos agentes sociales (Panotto, 2017). Y vaya que Jesús visibilizó muchas cosas. Desafió a los que perpetuaban el abuso y la discriminación; desafió las prácticas morales, religiosas y sociales de la época por valorar y empoderar a los que no deberían ser empoderados; le dio una vida mejor a mucha gente por medio de la sanación en sus milagros y sus palabras. Jesús era un libertador y ser un libertador es un acto sumamente político. Bienaventurados los que tienen espíritu de pobres: porque de ellos es el reino de los cielos. Y claro que esto termina influyendo en la política. A Jesús lo mataron personas y grupos que temían perder el poder sobre las personas que pensaban que su suerte ya estaba decidida. No podían permitir que alguien contradijera todo lo que ellos enseñaban y que además muchas personas lo vieran como un líder. ¿Qué repercusiones podría esto tener en lo público? Jesús era todo lo que el sistema odiaba. Por eso cuando Jesús fue recibido por una multitud mientras montaba un burro y sin ninguna posesión material, estos líderes decidieron que ese era el acto político que ya marcaría el destino de Jesús. Y Jesús lo sabía.
¿Son la espiritualidad y las luchas sociales como el agua y el aceite o más bien son dos aspectos que pueden/tienen que ir de la mano? ¿Por qué creés que las iglesias se alejan de este aspecto en la vida de Jesús?
Jesús, quiero verte como un ejemplo, no sólo de sacrificio sino de lucha contra la opresión de los más desafortunados, los rechazados, los marginados y los discriminados. Amén.